Entre los que terminamos de
preparar el equipo e hicimos las compras de último minuto, arribamos al punto
de partida Cashapampa (2973 msnm) al inicio de la Quebrada Santa Cruz, donde nos encontramos por lo menos con
cincuenta persona que también harían la ruta, las cuales se sumarían a otras
ciento cincuenta que ya estaban en el camino.
Lo desagradable de este primer día es el cobro de sesenta y cinco soles que hace el Estado Peruano a través de una entidad llamada SERNANP (Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado), sesenta y cinco soles A CAMBIO DE NADA: la ruta es un camino ancestral anterior al Estado mismo, el cual no cuenta con mantenimiento, señalización adecuada, zonas para acampar o zonas de descanso adecuadas, servicios higiénicos en buen estado para el gran número de visitantes, es decir nada de nada y lo peor hacen firmar un deslinde de responsabilidad y peor aún ese deslinde viene en un formato en INGLÉS y no en castellano, cuando el idioma oficial en el Perú es el castellano. Pagamos con rabia y resignación, pero por lo menos no dejo de protestar en el blog.
El primer tramo del trekking
fue de aproximadamente siete kilómetros hasta un punto llamado Llamacoral (3760
msnm), una pendiente de grado de dificulta medio, buen clima vale decir cálido,
cielo despejado, el problema es la gran cantidad de mosquitos que habitan a esa
altura y que destrozaron mis pantorrillas. Menos mas que no soy alérgico a las
picaduras. Por la noche solo quedó curarme las picaduras, cocinar o mejor dicho
calentar el menú o ración militar que me
acompaña en esta temporada: Hoy lentejas con tocino y arroz; luego a dormir.
El segundo día nos
levantamos muy animados, levantamos el campamento y a caminar. Fiel a mi
costumbre fui el ultimo en partir, porque soy muy lento para alistar las cosas,
pero a todos les diré que salgo al final para disfrutar mejor del paisaje, de
la música del ipod y de la soledad. Luego de partir viviría un de los momentos
más curiosos de mi vida como montañista: La ruta la conozco, la he hecho cuatro
veces en los últimos quince años y esta era la quinta. Claro estaba para mi que
saliendo de Llamacoral, aproximadamente a tres kilómetros pasaría por una
laguna llamada Laguna Chica, y dos kilómetros más otra llamada Laguna Grande.
El caso es que a eso las diez de la mañana paso justamente por la Laguna Chica
proyectándome en consecuencia a establecer contacto con la Laguna grande en dos
o tres horas más, para finalmente llegar a las dos de la tarde a Taullipampa
(4250 msnm) donde armaría el segundo campamento. Sin embargo, pasada Laguna Chica, seguía yo recorriendo varios
kilómetros y seguían corriendo las horas y la Laguna Grande no aparecía, ni
rastros de ella.
Empecé a dudar de la ruta, pensaba que me había equivocado de camino, que mi cuerpo estaba ya para el retiro y que estaba andando muy lento, no sabía que pasaba y cuando estaba por rendirme encuentro una zona de campamento muy grande y muchas carpas y pregunto a un grupo de guías cuanto falta para Laguna Grande y para Taullipampa, a lo que me contestan Laguna Grande ya pasó, aquí es Taullipampa. No pude ser, replique yo, como pude no haber visto una laguna de mas de un kilómetro de largo y uno de ancho. La respuesta fue que hace dos años un aluvión se llevó la laguna chica, es decir la borró del mapa y lo que yo pensaba que había sido laguna chica era en realidad lo que quedaba de laguna grande y eran las dos de la tarde y estaba yo donde bebía estar, justo a tiempo. Solo me quedó reír. Solo queda agregar que la ruta fue también una pendiente medianamente elevada, el clima un poco más frío, la altura se sintió ligeramente un poco mas y tuve a la vista los nevados Aguja de Santa Cruz, Pumapampa, Curuicashajana, Quitarraju, Alpamayo , Artesonraju y Taulliraju, entre otros.
El resto de la tarde nos dedicamos a tomar una siesta y ver el
paisaje desde mi carpa, eso de las cinco de la tarde empezó a llover,
increíble, empezó a llover, en julio, el mejor mes de año para hacer la
ruta. Bajo la lluvia me tocó cenar carapulcra con arroz al estilo militar y
luego a dormir.
Lamentablemente llovió toda
la noche, lo cual significó tener que guardar la carpa bastante húmeda, pero
había que seguir adelante este tercer
día, el más difícil de la ruta partiendo de Taullipampa (4250 msnm) para
alcanzar el punto más algo de la ruta denominado Punta Unión a 4750 msnm. El desnivel es
bastante exigente, y la altura hace más complicado aun, a lo que debemos sumar
la nevada y niebla que nos acompañó la mayor parte del recorrido. Llegamos a
Punta Unión como a las once de la mañana, bajo la nieve y luego de las fotos de
rigor empezamos el descenso por la Quebrada Huaripampa.
Luego de recorren un tramo de casi
diez kilómetros donde llegamos a un albergue de montaña (3700 msnm) administrado
por la comunidad religiosa Matogrosso donde por unos quince soles tuvimos
acceso a una cama y un buen plato de comida, lo cual fue un gran alivio para
nosotros porque toda la noche llovió y acampar nuevamente bajo lluvia con el
cansancio acumulado de tres días de caminata, era ya mucho castigo.
El cuarto y último días nos
levantamos un poco tarde, en realidad se duerme muy bien en ese refugio, hecho
de madera y piedra, muy acogedor y lo
mejor una cocina comedor con estufa de leña done disfrutamos de un rico
desayuno y de donde no provocaba salir.
El tramo final de cinco
kilómetros lo hicimos en unas tres horas hasta llegar a Vaquería, donde por surte
conseguimos rápidamente un carro que nos extraería de la zona con destino a
LLanganuco y finalmente Huaraz, donde para celebrar el éxito de la expedición
cenamos un pollo a la brasa que se hizo esperar pero valió la pena.
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