miércoles, 11 de marzo de 2015

POZO SANTO - LAGUNA GRANDE - PARACAS: 80 KM EN BICI

Luego de pasar la noche en el Desvío a Pisco, nos dirigimos en bus hasta nuestro punto de partida denominado Pozo Santo, ubicado en el kilómetro 256 de la misma carretera.

Ubicación de Pozo Santo
Distrito : Paracas
Provincia : Pisco
Región : Ica
Ubigeo : 110505
Latitud S  : 13° 54' 23.8" S (-13.90660541000)
Longitud O: 76° 4' 33.7" W (-76.07603127000)
Altitud : 182 msnm
 
En una extensa llanura desértica, entre los kilómetros 256 y 257 de la carretera panamericana sur, en el departamento de Ica, se encuentra nuestro punto de partida llamado Pozo Santo: un lugar muy visitado por los viajeros que hacían un alto en su trajinar cotidiano para admirar el santuario y conocer la obra realizada por religioso de la orden franciscana Fray Ramón Rojas, conocido con el seudónimo de Padre Guatemala. Dicho santuario, por cierto, con el terremoto del año 2007 quedó en ruinas.
 
Cuenta la leyenda que dicho religioso, en el siglo XIX, aproximadamente en el año 1840, en uno de sus viajes que hizo a pie entre Ica, Pisco y Chincha, acompañado expontaneamente por un grupo de sus seguidores, realizó el milagro de encontrar agua en ese ardiente desierto. Cansados feligreses, liderados por el sacerdote, habían recorrido gran parte de la desértica vía, y las provisiones se habían agotado todo esto en el candente desierto y bajo los inclementes rayos solares. Cundía el descontento general; cuando vino el milagro del agua. 
 
Kike Antón

Marivel Arias
De aquella leyenda quedó en el frontis del pequeño templo el milagroso pozuelo, casi a flor de tierra, protegido por losetas y con cubierta de cemento, discurriendo el agua por una cañería subterránea que al final tiene una llave por donde el caminante puede obtener refrescante agua.
 
Si bien nosotros partimos de Pozo Santo a las siete de la mañana, nos enteramos que otro grupo, de aproximadamente siete ciclistas en el que habían dos amigos nuestros, partieron a la una de la mañana. Puede que suene interesante conducir la bici de madrugada, pero en nuestro caso preferimos hacerlo de días para poder disfrutar del paisaje y para optimizar nuestro rendimiento, puesto que de noche uno debe desplazarse a menor velocidad.

Renzo Miranda (posando a lo Jaime Terán)
 
Bajo el Sol
Nuestra primera jornada fue de aproximadamente veinte kilómetros partiendo desde una altura de 182 msnm, hasta alcanzar los 400 msnm en  una mañana algo nublada pero no por eso menos calurosa. El camino por el desierto es una antigua carretera carrosable en mediano estado de conservación que hasta el día de hoy se usa para acceder a la caleta de pescadores de Laguna Grande, en el lado norte de la Bahía de la Independencia. Al igual que en otros viajes siempre contamos con el apoyo del GPS y sus mapas integrados, para evitar desviarnos del camino. Pese a eso al inicio tomamos un camino que conducía a Carhuas pero rectificamos el error a tiempo y retomamos el camino correcto a la brevedad.

Dejando huellas
 
Panorámica en Laguna Grande
Alcanzamos la parte más alta aproximadamente a las tres de la tarde, para luego proseguir con el tramo siguiente de quince Kilómetros que nos condujo a Laguna Grande donde llegamos eso de las cuatro de la tarde y donde  degustamos un delicioso almuerzo marino: Ceviche y pescado frito con arroz. Nos dimos todo el tiempo del mundo para disfrutar del mar, de la comida, del atardecer y de la conversación. Armamos nuestro campamento junto a las casitas de los pobladores, por la noche cenamos nuestras propias raciones de alimentos que transportamos, para luego dormir, un sueño reparador que nos permita recuperar energías.

Specialized Rookhooper
 
El campamento
 
A la mañana siguiente, no muy temprano, ya recuperados y luego de desayunar, levantamos el campamento, montamos todo el equipo en las bicicletas e iniciamos nuestro tramo final que une prácticamente a nivel del mar Laguna Grande, Playa Mendieta, Salinas de Otuma, la entrada de la Reserva Nacional de Paracas y el distrito de Paracas, un recorrido de aproximadamente cuarenta Kilómetros con algunas subidas y divertidas bajadas. El tramo diez kilómetros desde las Salinas de Otuma hasta la entrada de la reserva es una carretera  hecha sobre una base de sal afirmada que nos permite alcanzar una muy buena velocidad, especialmente cuando tenemos viento a favor. De allí cortamos camino por el balneario de Paracas hasta llegar al Chaco, donde nuevamente terminamos el recorrido con un buen menú marino.  

El Sueño del General San Martín

Mi mano

El Almuerzo