viernes, 6 de noviembre de 2015

CAMINATA A LA LAGUNA RAPAGNA 2015


 
 
Hacía muchos años que no viajaba a la montaña en compañía de mi amigo Guillermo Otoya, a quien justamente conocí en estos dominios en el año 1990, es decir hace 25 años. Para recordar tantos viajes a la montaña decidimos para este mes de julio del año 2015 visitar la laguna altoandina de Rapagna con maravillosos colores, paisajes diversos y naturaleza paradisíaca.

 



“La laguna de Rapagna (4500 msnm) se encuentra en la jurisdicción del distrito de Chicla, aunque gran parte de la ruta está dentro de los límites del distrito de San Mateo de Huanchor, en la provincia de Huarochiri. Para acceder a ella hay que ir por la carretera central hasta el Km. 100 donde se encuentra la estación de tren de Río Blanco. Hacia la derecha está el camino carrozable que lleva a la represa de Yuracmayo; unos metros más, hacia el norte (del desvío), se encuentra la quebrada Copa que es por donde se inicia la caminata (3600 msnm) para acceder a la laguna en cuestión.
 

 



La caminata suele hacerse, generalmente en 2 días, acampando en el anexo de Ucuscancha (4000 msnm) donde hay unos corralones, pero también es factible realizarla en un solo día, recomendando aclimatarse la noche anterior en San Mateo o Chicla. La distancia total a recorrer es aproximadamente 12 Km. (ida y vuelta), el desnivel es de 900 metros, y antes de llegar a la laguna hay una enorme formación rocosa que hace las veces de un dique natural del espejo de agua. Luego de sortear ese último obstáculo aparece la hermosa laguna Rapagna rodeada, según el clima, con cerros cubiertos por nieve.





La flora de esta zona se caracteriza por la presencia de ichu, además de algunas cactáceas. En cuanto a la fauna, se pueden observar llamas y carneros así como algunas especies de aves.
La caminata es exigente, si se hace en un día, por la distancia, el desnivel, la altura y las variaciones climáticas propias de la puna.” (reseña de la página web de TITITREK)




 Por nuestra parte hicimos esta espectacular ruta a paso lento pero seguro, adaptando nuestros cuerpos a la altura y poniendo a prueba nuestro equipo de montaña para soportar el frío de la noche. Solo conviene destacar un par de detalles: al parecer los cambios climáticos se evidencian en el paisaje, específicamente con la casi ausencia de nieve y hielo en los picos de las montañas. Asimismo hay un respetable señor que me recuerda al abuelo Simpson que se reputa dueño de esa tierras y que desea cobrar una suerte de tarifa o peaje a los caminantes amenazando que para la próxima tendría su escopeta. Se ruega los futuros viajeros tener cuidado con esa situación. Por lo demás la pasamos super bien y muy contentos por el hecho de ser retados por la naturaleza y asumir el reto.