domingo, 12 de septiembre de 2021

LA RUTA DE LOS EXTIRPADORES DE IDOLATRIAS EN MODO CICLOTURISMO



Luego de dos años de emergencia sanitaria, por fin tuvimos la oportunidad de hacer un gran viaje en bici. La ruta elegida nos regresa en el tiempo a la época de la conquista y la colonización Española, la cual trajo con un proyecto de evangelización de la población oriunda de la provincia de Huarochirí cuando en el siglo XVII el religioso doctrinero de dicha localidad, Francisco de Ávila, alerta a las autoridades que sus feligreses ejercían de manera clandestina cultos prehispánicos  a las deidades andinas, denuncia que trajo como consecuencia que el arzobispado de Lima condujera una campaña para extirpar la idolatría en la zona, lo cual se dio a través de varias campañas en la zona, siendo condenadas muchas personas y destruyéndose gran cantidad de representaciones de deidades llamadas "ídolos" por los extirpadores, e incineradas parafernalia y momias de los antepasados. El tiempo pasó y si bien no quedan los recuerdos, los pueblos y los caminos que los unen aun están allí, listos para ser recorridos en bici. 



Como cuestión previa al viaje, debo comentar que me tocaba esta vez estrenar bici: Una Specialized S-Works Epic, doble suspensión la cual me trajo un reto: la instalación de una parrilla que sea compatible con la suspensión posterior, adaptación que me tomó poco mas de una semana ejecutar, finalmente con éxito, luego de lo cual se pudieron montar las alforjas lateral y el maletín central en la cual llevamos el equipo necesario para cinco días de viaje: Ropa de Abrigo, cocina, café, azúcar, botiquín, herramientas, carpa y bolsa de dormir, estos dos últimos como una medida de contingencia por si no lográbamos conseguir hospedaje en los pueblos visitados. 

DÍA 01: COCACHACRA - SANTIAGO DE TUNA:

Ambos viajeros, José Hurtado Vilogrón y yo, habíamos hecho este tramo en años anteriores, así es que sabíamos muy bien que no sería fácil. De los veintitrés kilómetros que separan el punto de partida con el punto de llegada, veinte fueron de subida y exigieron superar un desnivel que va desde los 1 350 msnm hasta los 2 700 msnm. Es así que partiendo a las ocho de la mañana llegamos a Santiago de Tuna a las cinco y treinta de la tarde, agotados rumbo al único hospedaje del pueblo: el Hospedaje Municipal, en donde no había quien atienda, solo un número de celular al que había que llamar y desde el cual un funcionario del municipio nos dijo, espérenme que llego en diez minutos, los cuales significaron para nosotros dos horas de espera muriéndonos de frío en la plaza de armas. Tal vez ese funcionario quiso perpetrar con nosotros un acto de justicia poética o venganza ancestral o simplemente acababa de escuchar el discurso presidencial y se la creyó. 




Santiago de Tuna es una localidad que no está preparada para el turismo, pese a que forma parte de un circuito espectacular como lo es la antigua ruta de los extirpadores de idolatrías, con un gran potencial para ser recorrida por montañistas, corredores, ciclistas, motos y vehículos.

Comparto una breve reseña extraída de la página web de la Municipalidad de Santiago de Tuna, para ponernos un poco mas en contexto: 

“Debido su ubicación geográfica, Tuna ha sido habitada por los diferentes pueblos que en determinado tiempo han hegemonizado su presencia en los andes centrales. Muchas costumbres y vocablos son prueba contundente de ello. Los nombres de planta, animales, cerros y algunas costumbres provienen del aymara, quechua y colla. Es cuestión de hacer un inventario para poder ubicar sus orígenes.

Santiago de Tuna fue durante la colonia uno de los pueblos proveedores de frutas, tubérculos y cereales a la ciudad de Lima. En esos años el traslado de los productos demoraba dos días porque se hacía con acémilas. Las rutas por la cuenca del río Rímac eran por la quebrada de Chaymallán, por la quebrada de Aguada hasta llegar a Cocachacra. La ruta por la cuenca del río Lurín eran por Guacaquilí – Chamana Antioquía. y por la quebrada de Sisicaya hasta Pachacámac y Surco (en Lima). Esas rutas generaron durante años una red de amistades y parentesco que se sustentaba en el intercambio de productos y la migración estacional.”


DÍA 02: SANTIAGO DE TUNA – SAN ANDRÉS DE TUPICOCHA - SAN DAMIÁN:

En una jornada de casi 10 horas de pedaleo recorrimos los cuarenta kilómetros que separan ambos pueblos, superando un desnivel de 1 233 metros de altitud. Algo que ayudó mucho esta vez fue el buen estado de la carretera, puesto que, si bien se trata de una carretera afirmada, se encontraba con su mantenimiento al día, lo cual permitió un desplazamiento en bici más fluido. En el camino hicimos una parada estratégica en el pueblo de San Andrés de Tupicocha donde, en lo mejor de la jornada, encontramos un pequeño chifa llamado “FU FU”, en el cual almorzamos una riquísima sopa wan tan y un pollito con verduras, alimentos que nos dieron la energía necesaria para alcanzar el punto mas alto del camino los 3 650 metros sobre el nivel del mar,  desde el cual nos tocó recorrer nuestro primer largo descenso de la ruta: un tramo de aproximadamente diez kilómetros hasta llegar al fondo de la quebrada donde en un punto llamado Santa Rosa de Quilquichaca nace el río Lurín de la unión de los ríos Chalilla y Taquia, el cual atravesamos sobre un pequeño puente, desde donde trepamos unos cinco  kilómetros para llegar al pueblo de San Damián, al cual arribamos a oscuras, a eso de las 6:30 pm con la ayuda de nuestro sistema de iluminación. Afortunadamente conseguimos hospedaje con mucha facilidad y un menú nocturno que dejo mucho que desear. 

Con relación al distrito de Tupicocha corresponde precisar que es uno de los treinta y dos distritos de la provincia de Huarochirí en el departamento de Lima, creado mediante Ley N° 9875 del 31 de diciembre de 1943, en el primer gobierno del Presidente Manuel Prado Ugarteche.

El investigador huarochirano Daniel López Mazzotti describe como principales atractivos a sus quipus milenarios que aún son usados por los comuneros, más como una insignia que como quipus en sí y por supuesto, sus lagunas (muy accesibles): "ya pasando Tupicocha se llega a la entrada del anexo de Cullpe a 3700 msnm y junto a la carretera hay una quebrada en la que se han formado una serie de represamientos formando lagunas artificiales muy accesibles: Yanasiri I, Yanasiri II y Oruri".




Por su parte, el Distrito de San Damián es uno de los treinta y dos distritos de la provincia de Huarochirí en el departamento de Lima, el cual junto a San Juan de Matucana, Santa María de Jesús de Huarochirí, Carampoma, San Mateo de Huanchor, Santa Eulalia, el asiento minero de Yauli, San Pedro de Casta, San Lorenzo de Quinti, San José de Chorrillos y Santo Domingo de los Olleros, fue uno de los once distritos que conformaron la provincia de Huarochirí creada por decreto el 4 de agosto de 1821, durante el Protectorado del Libertador José de San Martín.

A 3 235 msnm es un pueblo grande con zonas interesantes como la naciente del río Lurín en el puente Quilquichaca, paisaje pintoresco con bosquecillos de eucaliptos y truchas en el río (el río Lurín nace de la unión de los Río Chalilla y Taquia), la zonas arqueológicas de Canye, Llaquistambo y Llacsatambo (antiguo adoratorio en honor a Huallallo Carhuincho, antigua divinidad que fue "vencida" por su rival Pariacaca), hay un bosque de queñuales y desde ahí se puede hacer la subida hacia la laguna "Yanascocha".

 

DÍA 03: SAN DAMIÁN - ANTIOQUIA:

Este fue el día más largo de nuestro viaje, cincuenta y ocho kilómetros y 876 metros de desnivel, de los cuales 40 fueron de puro descenso y las dos ultimas horas fueron de noche. 

Muy exigente el tramo de San Damián a Sunicancha: ocho kilómetros de subida y dos de bajada, luego a Santana, algo similar. Como al medio día partimos de esta última localidad con destino a  Lahuaytambo y Langa. 

Lo mejor de este día fue el descenso a Antioquia, cuarenta kilómetros a una velocidad promedio de 20 km/h, la mitad del camino afirmado, espectacular, al día con su mantenimiento, la otra mitad en total abandono, lleno de huecos y rocas sueltas, lo cual fue muy divertido y peligroso al mismo tiempo.



  

DÍA 04: ANTIOQUIA - LIMA:

Este fue el último día de nuestro viaje. Un tramo final de casi sesenta kilómetros, en gran parte asfaltado y de bajada, pasando por localidades como Nieve - Nieve, Sisicaya y Cieneguilla. 

Lo mejor del día fue poder alcanzar las más altas velocidades del viaje, gracias a que rodamos en asfalto, lo peor el hospedaje en Antioquía, una pésima relación precio calidad, sumado a eso unas inmensas empanadas Antioqueñas que al final resultaron ser 80 % aire y 20 % relleno, y para colmo yo me pedí dos. 



Muy contento con esta ruta, lo que nos demuestra el potencial de la zona de Huarochirí para el ciclo turismo. ¿Que falta? Una adecuada capacitación a los gobiernos locales para que puedan poner en valor todo su potencial.