miércoles, 12 de diciembre de 2018

CRUCE DE LOS SALARES DE UYUNI & COIPASA - BOLIVIA: 280 KM DE CAMINATA AUTOABASTECIDA.


Fotos y Texto: Ivan Canturín.
UN MENSAJE “AGUA ES VIDA“
El recorrido fue de 7 días, partiendo del pueblo de Sabaya (a 40km de la frontera con Chile), hasta el pueblo de Colchani (Uyuni), con un total de 280km de recorrido. Cruce de los Salares, una travesía a pie por el desierto de sal más grande del mundo. Una aventura y un mensaje “Agua es Vida”.

El cruce de los salares abarco el salar de Uyuni “El salar más grande del mundo” y el salar de Coipasa “El 5to más grande del mundo y 2do más grande de Bolivia”. La travesía del team fue totalmente autoabastecida (se llevó todo para el recorrido, agua, alimentación, carpas, panel solar, equipos de filmación y todo los necesario para la travesía de 7 días) en un recorrido de 280km, empezamos el recorrido con 60kg cada uno llevado en un trineo (coche con dos ruedas, que cada uno jalaba con un sistema de arnés en la cintura).

El team estuvo compuesto por Iván Canturín Cuntti (Perú) y Warner Rojas Chichilla (Costa Rica) embajadores de SPOT (sistema de seguimiento online satelital, para los deportes outdoor). Las condiciones climáticas en estas fechas normalmente son buenas, ya que los meses de enero a marzo el salar tiene agua y en mucho casos se prohíbe el ingreso de los vehículos que hacen los tours en el salar por ser peligroso, con estos datos se escogió el mes de agosto por ser el mes más adecuado y seco. Pero las condiciones climáticas habían cambiado y entre julio y agosto de este año (2018) hubo un frente de frio muy fuerte, lluvias, y nevada  en las zonas de los salares, creando un espejo de agua en gran parte del salar del Coipasa y Uyuni

Empezamos el 3 de agosto ingresando al Salar del Coipasa desde el pueblo de Vittalina el clima no fue el mejor y durante la travesía del salar de Coipasa, tuvimos nevada, agua gran parte del salar y neblina que por momentos no se distinguía más allá de 100 metros y nos guiábamos por GPS.
Los pueblos que rodean al salar del Coipasa  tienen como principal actividad, el cultivo de la  quinua. Al terminar el salar del Coipasa se debía cruzar y subir unos cerros para poder llegar al Salar del Uyuni, se recorrió varios pueblos y por un camino de tierra y piedras (tres cruces, vilque, charcollo, chorcaza, tomanquasa y peña blanca, que con las lluvias habían dejado bastante destruidos, era un recorrido de casi 25km y con un desnivel de casi 200 metros, que nos costó con mucho esfuerzo y un camino por donde no pasa nadie. Nuestra idea era llegar al borde del salar de Uyuni por este camino (pueblo peña blanca), pequeño caserío, pero el ingreso al salar estaba con agua y además que hay una franja antes del ingreso al salar de tierra que la población lo toma como campo de cosecha (quinua), estaba de barro, era un par de kilómetros, era imposible pasar con los trineos(coches) y que nos podríamos quedar atrapados , se decidió después de consultar a las personas de la zona, ingresar por al otro extremo lado derecho (pueblo de Llica), pero estábamos como a 60 km del pueblo por un camino – trocha, y nos sería imposible llegar en un día al pueblo de Llica así que esperamos quien nos pudiera llevar en auto, el tema era complicado ya que era día nacional de Bolivia y toda la población estaba con muchas cervezas encima y así fue, fuimos de pueblo en pueblo haciendo transbordo hasta llegar a Llica (pueblo grande y distrito principal) de la zona.
Los 3 días restantes hicimos el cruce del salar de Uyuni, que estuvo una parte con agua y por lugares  el agua nos llegó hasta las rodillas (no había forma de bordearlo), un sol muy fuerte en el día y algunas  noches frías, las zonas de campamento se buscaba unas pequeñas islas de sal (agrupación de sal que el agua no había cubierto) y allí se armaban las zonas de camping, solo tuvimos dos días de zonas secas en el salar para el armado del campamento.
La travesía fue seguida online en nuestras redes, por amigos y familiares desde el teléfono celular o web, gracias al sistema SPOT (seguimiento online y SOS en caso de emergencia se envía nuestra dirección con las coordenadas, vía correo, celular).
Otro de los objetivos fue dar un mensaje sobre el cuidado del agua, por lo que creo toda una campaña con la iniciativa Water.org, fundada por el actor estadounidense Matt Damon, para poder dar acceso a agua potable a familias de diferentes partes del mundo. 
También se tendrá la producción de un documental de la travesía que estará listo en el 2019 y presentado en festivales y televisión de Perú y Costa Rica.
El Cruce de los salares es parte del proyecto CHASING DESERT, que es cruzar a pies los grandes desiertos de forma autoabastecida.

El cruce de los salares contó con el apoyo de las empresas SPOT, Laboratorios Crespal, Sorojchi Pills, marca país Costa Rica, The Meat Makers Perú “la comida deshidratada “, Black Hawk, Ciclón Energy Drink, SolarMax Powered, SASA Servicios ambientales, Agua VITAL, Aldea, WATER.ORG, ALDEA, NOVUM y mountain & culture.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Equipo:
Iván Canturín, Aventurero, director del INKAFEST mountain film festival y responsable técnico del proyecto Chasing Desert.
Warner Rojas, Montañista y primer Tico en el Everest.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------


Nota del Blog:

Tuve la suerte de ser testigo de los preparativos que para esta aventura efectuó Ivan, por lo que me permito destacar no solo el gran mérito de haber recorrido 250 Km, a pie, transportando todo aquello necesario para sobrevivir, sino que también destaco y felicito la planificación del viaje, desde el diseño,construcción y pruebas de las carretas, el cálculo de la cantidad de alimentos y agua que se debía llevar, la elección de los equipos electrónicos de comunicaciones y audio visuales y el uso de paneles solares para abastecer de energía eléctrica a los mismos, sumados a esto la preparación física, las coordinaciones logísticas y con los patrocinadores. Todo coordinado de manera eficiente para garantizar el éxito de la expedición. 



domingo, 30 de septiembre de 2018

EL SALAR DE UYUNI

Día 1:

Llegue a La Paz, Bolivia, pasada la una de la tarde. El servicio de migraciones en el aeropuerto fue un poco lento pero finalmente logre salir. Lo primero: comprar algo de la moneda local llamada Bolivianos, para poder movilizarme, para luego, comprar el pasaje para Uyuni. Tome un taxi del mismo aeropuerto que me cobro 60 Bs y me llevo al terminal donde no teniendo muchas opciones de compra, opte por la primera agencia de transporte que vi, llamada Ilimani la cual por 100Bs ofrece bus cama, con calefacción y manta para la noche. Aun en la Paz, el siguiente fue conseguir un paquete turístico o en todo caso información relacionada con la expedición, finalmente opte por lo segundo, haciendo además algo que normalmente no hago, que es contratar el hospedaje por adelantado, el cual resulta ser el más caro. Todo parecía indicar que con suerte solo pasaría una noche en Uyuni, porque el tour de tres días, que es el que más me conviene realizar, tiene hospedajes mucho más distantes que el elegido ubicado a una hora en auto. El resto de las decisiones las tomaría en mi destino, así es que solo me quedaba relajarme, tomarme una tasa de café y esperar hasta las 7:00 p.m. para ir caminando hacia el terminal terrestre, ya que mi bus partía a las 8:30 p.m. 


8:00 p.m. lista para viajar. Luego de solo siete minutos de retraso partimos. Pareciera que a ese bus le salieron alas, porque llegamos a Uyuni al rededor de las 5:00 a.m. algo temprano, pues con suerte encontré una persona que tenia su agencia de turismo abierta: “Anglo Visión Travel” con quienes me animé por el servicio de tour de tres días: el primer día me quedaría en el Hotel “Luna Salada”, el cual ya tenía previamente separado y el segundo día me tocaría dormir en un campamento, todo por un total de 700 Bs, los cuales Incluían traslados, alimentación, guía y hospedaje. A eso de las 11:00 a.m. se empezó a armar el grupo, en total éramos siete, seis alemanes, y yo. 

Iniciado el recorrido, primero nos dirigimos al cementerio de trenes, un lugar que se inició como un cementerio, casi un basurero de tresnes, para luego ser puesto en valor como un lugar de interés fotográfico que despierta el contraste de las antiguas locomotoras y vagones con la inmensidad del paisaje. Luego de esto nos dirigimos hacia Colchani, un pueblo cerca al salar en el cual los pobladores se dedican a la venta de artesanías. Finalmente nos dirigimos hacia el salar de Uyuni el cual nos mostraba sus 12,000 hectáreas de extensión, así que ya se pueden imaginar lo enorme que es. Llegamos casi a la hora de almuerzo, así es que tuvimos el privilegio de almorzar en medio del salar. Ya después de esto por supuesto empezamos con la sesión de fotos, realmente una muy divertida experiencia, para luego dirigirnos hacia un lo que alguna vez fue un hotel en el salar, pero que ya no funciona como tal, solo es utilizado para ser visitado por los turistas ya que la particularidad de este es que esta construido todo de sal, pero fue clausurado para evitar la contaminación del salar por el uso de los baños. Terminada esta visita nos fuimos hasta una parte del salar donde aun hay acumulación de agua por las lluvias, ahí esperaríamos el atardecer para deleitarnos con una maravillosa vista indescriptible, tal vez se pueda reflejar en alguna foto pero el vivirlo no tiene precio. Con esto cerramos el día y corresponde ir cada uno a nuestro hospedaje. 

Día 2: 

Nunca faltan los problemas. Ese día debió recoger el guía Irineo a las 7:30 a.m. pero lamentablemente el auto que venía por mí a pocos kilómetros se malogró y tuvo que conseguir otra camioneta, así que a las 8:00 a.m. retornamos al pueblo de Uyuni para recoger al grupo. Empezamos a realizar el recorrido, iniciando la visita primero con la visita al pueblo de Colchani, que se encuentra a pocos kilómetros de Uyuni pueblo, donde la población se dedica a la ganadería, siendo su principal fuente de ingreso las ventas de recuerdos propios de la región. Continuamos el viaje y después del almuerzo empezamos el recorrido por una serie de lagunas empezando por la Laguna Cañapa, para luego seguir a la Laguna Hedionda, llamada así por el olor a azufre, para finalmente terminamos con la Laguna Honda. Dentro del recorrido visitamos el Valle de Rocas, una formación de rocosa producto de una erupción volcánica hace miles de años, cuyo material dejó formas muy particulares, siendo la mayor atracción la formación conocida como “Árbol de Roca”, llamada así por la forma caprichosa que tiene en forma de árbol. Todo el recorrido fue lo menos 150 km el cual nos tomó prácticamente toda la tarde, luego de lo cual llegamos a un pequeño anexo donde se han construido acomodaciones para los turistas que llegan luego del segundo día de recorrido. En ese punto compartimos la habitación los seis, además de una buena cena, luego de lo cual no había tiempo para más: necesitábamos dormir ya que al día siguiente empezaríamos muy temprano. 

Día 3: 

Nos levantamos 4:30 de la mañana para tomar desayuno a las 5:00 am. Una vez listos partimos bajo el manto de las estrellas que aún se encontraban cubriendo nuestro camino, al igual que un frío intenso que congelaba hasta los pensamientos. Nuestro primer destino fue los llamados geiseres, que se encuentran a una altitud de 4980msnm (por ciento el punto con mayor altitud de la expedición), estos geiseres son aperturas que por la presión de los volcanes que se encuentran en la zona, cuyo material en contacto con las aguas subterráneas desprenden grandes columnas vapor a presión que pueden alcanzar hasta 350 grados centígrados de temperatura. Llegamos a la zona y la vista a esa hora era realmente impresionante, el vapor que emana desde el subsuelo, la luz del sol saliendo de entre las montañas con una que otra estrella que se resistía a apagarse. Era definitivamente un hermoso espectáculo, tanto así que el frío que llega por lo menos a unos 5 grados centígrados (si no era menos) simplemente quedaba en segundo lugar cuando de disfrutar de estas maravillas que te da la naturaleza se trata. Terminada esta visita nos dirigimos a los baños termales que se encuentran a unos 20 minutos de los geiseres, ahí encontramos dos piscinas con agua natural que baja desde las montañas pero que se calientan por el calor que emanan la actividad volcánica de la zona, una de ellas llega incluso hasta los 35 grados. Continuamos por unos 15 minutos a lo que llaman el Desierto Salvador Dalí, el cual nos puede recordar cierta similitud a las pinturas del renombrado pintor impresionista. En 15 minutos más llegamos al Volcán Licancabur el mismo que en su base tiene la llamada Laguna Verde que obtiene este color por el fitoplancton del agua que hoy en día viene perdiendo poco a poco por la invasión de una sustancia llamada Bórax que proviene de una laguna llamada Laguna Blanca, la misma que se encuentra a pocos metros sobre la Laguna Verde con un desnivel que permite ir invadiendo con el color blanquecino del Bórax está laguna verde. Continuamos ahora por unos 20 minutos más hacia la frontera con Chile donde 4 de los chicos del grupo terminan su visita por Bolivia. Terminada la jornada retornamos a Uyuni, donde me hospedé en el hotel Luna Salada, donde aún me quedaba un par de días más para pernoctar y disfrutar de unos días de relax. 

Día 4: 

Dormí deliciosamente y desperté con la luz del sol que a pesar de ser las 7am brillaba intensamente como si fuera medio día, tomé un desayuno muy suculento aprovechando que está incluido en el costo del hotel. Mi plan para ese día era ir caminando a Colchani, ubicado a poco más de 5 km del hotel. Como buena caminante acomodé mi mochila con lo mínimo necesario e inicié la caminata, la cual entre ida y vuelta me debió tomar unas tres horas como máximo, incluyendo sus respectivas paradas para las fotos. El camino es bastante amigable, lo que me permitió llegar al pueblo en una hora, a más de 3500 msnm. Retorné al hotel casi al atardecer. Aproveche para ingresar un kilómetro dentro del salar a ver si con suerte encontraba agua estancada, esta vez no tuve mucha suerte para este tipo de fotos, pero los colores que ese atardecer me ofreció cubrió las expectativas, contenta con lo conseguido. 

Texto y fotos: Kathiuska Barrio.








domingo, 12 de agosto de 2018

EL CORDON DE LAS YURACOCHAS

Foto: K. Barrio
Inicialmente esta ruta no parecía tan difícil por la distancia: poco menos de diez kilómetros, con desniveles que no superaban los trescientos metros de altura, sumado a eso un clima impecable, libre de nubes amenazantes y más bien un cielo azul, listo para ser el fondo ideal para nuestras fotos, tanto así que dimos un par de horas más al proceso de aclimatación en la localidad de San Mateo, ubicada en el kilómetro 94 de la carretera central, a 3149 m.s.n.m. antes de partir con destino a Anticona, el famoso: “… paso montañoso de los Andes peruanos, que se encuentra ubicado en el distrito de Chilca, en la provincia de Huarochiri, dentro del departamento de Lima. Por este paso atraviesa la ruta nacional P-22, también conocida como carretera central, la que alcanza allí —en el km 120— su punto de mayor altitud: 4818 msnm"

(https://es.wikipedia.org/wiki/Ticlio).


Nueve de la mañana, casi tres horas más de lo acostumbrado para iniciar una caminata, estamos bajando en Anticona, conocido también como Ticlio, para beber el segundo café del día en un rústico restaurante de carretera a cargo de una señora muy simpática, pero a la vez muy preocupada de recibir billetes falsos, a poco menos de cien metros del punto de partida.



La ruta se inicia por una carretera que por unos doscientos metros borde el lado este de una pequeña laguna sin nombre, la cual luego se aleja e interna por el lado oeste del nevado Anticona, unos dos Kilómetros, donde finalmente termina para nosotros. A partir de ese punto, empieza un interesante asenso, por un camino totalmente cubierto de nieve, hacia lo alto de extremo sur del cerro Yuracochas a unos 5 000 m.s.n.m., desde donde se tiene una espectacular vista de la Cordillera Central:



“…es uno de los tres ramales importantes en los que se divide la cordillera de los andes en el Perú. Se extiende desde la cordillera del Cóndor en la frontera con el Ecuador hasta el nudo de Vilcanota, pasando por el nudo de Pasco en el centro del Perú. Tiene una longitud aproximada de 1.500 Km y es menos elevada que la cordillera Occidental, salvo en su sector meridional. Presenta un mayor poblamiento en el lado oeste, destacando las poblaciones de Chachapollas, Cerro de Paseo, Hupanuco, Tarea, Huancavelica y Ayacucho. Presenta pisos altitudinales que van ascendiendo: el cálido, el templado, la puna baja y la alta, y el helado. La cordillera atraviesa los departamentos de Amazonas, Cajamarca, San Martin, La Libertad, Huanuco, Paseo, Junín, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Cusco y Puno.” 
(https://es.wikipedia.org/wiki/Cordillera_Central_(Perú)


Una vez en ese punto, la ruta se empezó a complicar ligeramente porque había que empalmar el camino hacia lo que en el mapa se denomina el Nevado Yuracochas, pero ahora nos tocaba hacer el camino, al borde de un muy marcado precipicio por la margen izquierda y un camino pedregoso e inclinado por la margen derecha. Por nuestra seguridad optamos por esta última ruta, la cual seguimos por unos dos kilómetros, hasta alcanzar los 5080 m.s.n.m., el segundo punto mas alto de nuestro recorrido, desde donde teníamos una nueva y espectacular vista de la zona y en donde decidimos preparar una bebida caliente, aproximadamente a las dos de la tarde. Luego de una media hora de descaso, una solitarias nubes grises se empezaron a aproximas, por lo que preferimos dejar ese punto con rapidez, puesto que el descenso a los 4 800 m.s.n.m., El terreno se se veía muy escarpado y no queríamos que nos sorprenda un temporal allá arriba. 


Afortunadamente alcanzar los 4 800 m.s.n.m. no fue muy complicado y esas nubes grises no pasaron de ser una falsa alarma, luego el reto final, un tramo de casi dos kilómetros, recorre lo que en el trazado de la ruta se mostraba como un vuelta en U, para alcanzar finalmente los 4 900 m.s.n.m. donde se encuentra una trocha carrosable que en un tramo de tres kilómetros y un desnivel de no mas de doscientos metros nos conduciría al punto de partida, con el atardecer a nuestras espaldas, al cual debíamos ganarle la carrera, carrera que perdimos porque llegamos a Anticona, inicio y fin de este recorrido, a borde de las 7:30 de la noche, sin posibilidad de beber la última bebida caliente de la jornada, porque los dos únicos restaurantes de carretera estaban cerrados, pero eso pasa a un segundo plano en comparación con el hecho de estar a buen recaudo.

Dejo aqui el link para que puedan verificar los aspectos técnicos de la ruta en Wikilock

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cordon-de-las-yuracochas-03-2018-23277249


Foto: K. Barrio.




domingo, 15 de julio de 2018

VINICUNCA - SIETE COLORES – MONTAÑA ARCOIRIS


Cuando estuve en Cusco en el año 2017 me enteré que existía una excursión a un cerro multicolor, que en las fotos promocionales lucía simplemente espectacular. Indagando descubrí que se trataba del cerro Vinicunca o Winicunca, más conocido como la Montaña de Siete Colores, Montaña Arcoíris o Montaña de Colores o Cerro Colorado, cuyo colorido aspecto se debe su composición mineralógica.


“Según la investigación de la Oficina Paisaje Cultural de la Descentralización de la Ciudad del Cusco, las coloraciones de la montaña de los 7 Colores se deben a la composición mineralógica que tiene: el color rosado es por la arcilla roja, fangolitas (fango) y arilitas (arena). El Blanquecino, por la arenisca cuarzosa y margas, ricos en carbonato de calcio. El rojo por compuesto por las arcilitas (hierro) y arcillas pertenecientes al terciario superior. El verde se debe al compuesto de filitas y arcillas ricas en ferro magnesiano. El pardo terroso es producto de fanglomerado compuesto por roca con magnesio perteneciente a la era cuaternaria. Y el color amarillo mostaza por las areniscas calcáreas ricas en minerales sulfurados” (://es.m.wikipedia.org/wiki/Vinicunca)



Partimos desde de la ciudad de Cusco aproximadamente a las tres de la mañana (como odio levantarme tan temprano) por la carrera Longitudinal de la Sierra del Sur peruano, la “PE-3S” en lenguaje técnico, con dirección a la localidad de Checacupe donde se toma la bifurcación hacia el poblado de Pitumarca. A partir de este poblado se recorre el viaje por una trocha carrosable pasando por varias comunidades campesinas como Ocefina, Japura y Huanchipacha hasta arribar a la comunidad de Cusipata, lugar donde termina la carretera. El viaje duró poco mas de tres horas, de las cuales dormí casi todas, salvo cuando el bus paró para tomar un desayuno en base a productos locales: café, maca, quinua, frutas variadas, yogurt y pan, muy rico, muy bueno, muy abundante y en especial, incluido en el costo de la expedición.


Aproximadamente a las ocho de la mañana llegamos al distrito de Cusipata, desde donde dimos inicio a la caminata. Es importante señalar que para acceder a la Montaña de Siete Colores, existen dos rutas: una ruta corta y otra larga, sino el caso que en este ocasión optamos por unir ambas rutas en una sola expedición, es decir, empezar por la ruta corta y evacuar la zona por la ruta larga, dando inicio a la caminara por la ruta corta.



En este primer tramo la caminata no ofreció más dificultad que la altura sobre el nivel del mar, tomándonos no más de tres horas a paso promedio superar esta subida ligeramente empinadas y de llanuras que ascienden de manera progresiva, la cuales en un tramo de cinco kilómetros nos condujo hasta los 5 200 m.s.n.m a los que se encuentra la colorida montaña, con la salvedad que decidimos tomar un camino alterno cubierto de nieve el cual le dio otra dimensión a esta experiencia, sumando no solo un grado más dificultad, sino además un atractivo paisaje gobernado por lo que los nativos de la zona denominan el Apu Auzangate.


“El “Apu” Ausangate es para la cultura andina, dador de vida y guardián de uno de los ecosistemas más variados del mundo; su nombre significa “cobre” en quechua. Cuando se encuentre en esta montaña, recuerde que es sagrada para las personas locales; de hecho, muchas de las comunidades andinas cercanas, todavía tienen fechas de peregrinación a la cima de la montaña. Como la comunidad de Chillca; de pastores de llamas y alpacas, los cuales han heredado tradiciones culturales incas y pre-incas. Es posible compartir la vida diaria de los pastores y el trabajo con las llamas.”


Nos tomamos poco mas de una hora para contemplar la montaña, acompañándonos de un reconstituyente y energizante mezcla de café con chocolate caliente, maní en sus diferentes presentaciones y barras de cereales, para luego emprender el retorno por la ruta larga, formada por una suave bajada de aproximadamente siete kilómetros hasta la zona de Quesiuno a 4 200 metros sobre el nivel del mar, nos dio mayor dificultad, para luego tomar el bus de regreso a la ciudad de Cusco.


No quiero terminar esta nota sin hacer mención a un noticia sensacionalista que ha circulado en los medios de comunicación hace unas semanas, según la cual se el Estado habría otorgado como parte de una concesión minera la montaña de Siete Colores y tras de esa noticia por supuesto venían las ya conocidas rasgadas de vestiduras, lloriqueo y aprovechamiento político. Al respecto es conveniente precisar que si bien el estado puede dar en concesión minera un área que incluya poblaciones, terrenos agrícolas, restos arqueológicos y lugares de interés paisajístico y turístico, claro esta que esta concesión esta referida a los recursos naturales del subsuelo, mas no incluye derecho de propiedad sobre la superficie, por lo que no podrá disponer de lo que pudiese haber en esta sin la correspondiente transacción con sus propietarios, en caso de ser esta de dominio privado o sin los correspondientes permisos del Estado en el caso de existir por ejemplo restos históricos o lugares de interés paisajistico, lo que solo me queda la duda si todos esos lloriqueos eran por ignorancia por con animo de obtener un provecho político.



domingo, 8 de julio de 2018

QUEBRADA CHINCHAN - LAGUNA YURACOCHAS - TICLIO



Esta es la corta historia de una una caminata con la que decidimos dar inicio a la temporada de invierno.

Si bien se puede empezar esta ruta desde la localidad de de Casapalca, como está recomendado en Wikilock, mejor fue contratar una movilidad local que nos desplazara hasta el Km. 117 de la Carretera Central donde desemboca la Quebrada Chinchan a 4 300 m.s.n.m., y se cruza con la carrera afirmada a Marcapomacocha, lo cual se pude advertir con la presencia un gigantesco cartel informativo.




El primer kilómetro de recorrido es justamente por esa carretera hasta tomar un desvío ligeramente a la derecha con destino a una especie de pared o represa de relaves mineros, la cual tiene su propio camino de cuatro kilómetros de largo hasta alcanzar los 4 492 m.s.n.m. donde efectivamente pareciera que dichos relaves mineros estuviesen conteniendo un lago sin nombre el mapa, el cual tuvimos que bordear en por el lado izquierdo haciendo una distancia de un kilómetro mas. Luego esta laguna quedó a nuestras espaldas para seguir subiendo unos dos kilómetros y medio hasta alcanzar los 4720 m.s.n.m. para tener por fin al a vista la Laguna Yuracochas con sus casi seiscientos metros de largo, en medio de una cadena de montañas víctimas del calentamiento global, donde resalta el semi nevado Yuraqqucha. A este punto llegamos a eso de las dos de la tarde y aprovechamos para ingerir una merienda, para luego alcanzar los 4 850 m.s.n.m. tras recorrer una distancia de casi dos kilómetros. Ese fue el punto mas alto del recorrido. De ahí todo de bajada hasta alcanzar la carretera central, solo unos dos kilómetros mas.




Una ruta corta, pero exigente, por la altura, el frío por una par horas de granizada en su tramo final. Ideal para preparar el cuerpo para el resto de la temporada. Les dejo la información técnica de la ruta según lo publicado en Wikilock:

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/laguna-yuracochas-8282437







sábado, 5 de mayo de 2018

CALLANGO-CAÑON DE LOS PERDIDOS-OASIS-COLLUNGO


Actualmente no es complicado visitar el Cañón de los Perdidos. Una carretera afirmada nos puede llevar en poco más de una hora desde la localidad de Ocucaje, incluso hay agencias de viaje que nos pueden ofrecer un viaje desde Lima en un producto que llaman full day”, como si no existiera una palabra en castellano para denominarlo. Pero para nosotros que nos gusta caminar decidimos esta vez incorporar la exploración del cañón como parte de una expedición de mayor envergadura al desierto de Ica, de casi sesenta kilómetros de recorrido, que empezaría en la localidad de Callango en el valle del río Ica y terminaría en las cercanías de Collungo, en el valle del Río Grande.


Jueves de semana Santa, año 2018, día uno, nueve de la mañana, arribamos al distrito de Ocucaje ubicado en la parte sur de la provincia de Ica, situado a una distancia aproximada de treinta kilómetros de la ciudad de Ica a una altitud de 325 m.s.n.m., con una (14°20’ 45” S y 75°40’00” O) en donde coordinamos con un transportista local para que nos movilicen al punto de partida de la caminata: A las afueras de la localidad de Callando, ubicada a unos veinte kilómetros al sur de Ocucaje, al cual arribamos aproximadamente al medio día con las mochilas cargadas de líquido, quince litros por persona, alimento para tres días, carpas para pasar la noche y equipamiento para orientarnos (mapas, GPS) y un dispositivo SPOT con el cual podríamos solicitar un rescate en caso de emergencia. Emprendimos la caminata con rumbo SSE, atravesando la Pampa Salinas de Pileta, con fuertes vientos en contra. Si bien la hora del día era en la que el sol quemaba al máximo, este efecto fue minimizado gracias a los fuertes vientos que venían del sur, me sentía como un motor de Wolks Wagen Escarabajo enfriado solamente por aire. El camino fue en buena parte plano, pura pampa, hasta que llegadas las seis de la tarde, poco después de la puesta del sol, armamos el primer campamento, luego de caminar casi veinte kilómetros. Acampamos de cara al viento el cual no dejó de soplar por lo menos hasta las tres de la mañana.

Viernes de semana santa, día dos, siete de la mañana, desde muy temprano ya estábamos tomando desayuno, galletas, mermelada de fresa, un energizante en vez de café y agua, para luego de levantar el campamento dirigirnos con rumbo SE, por la misma pampa por diez kilómetros hasta ubicar el lecho seco de un lo que algún día fue un río, lo cual anunciaba la llega a nuestro destino, puesto que  el cañón es formado por la erosión del río Seco que desemboca en el río Icael cual da origen al cañón. Seguimos ese lecho hasta que aproximadamente al medio día llegamos al cañón.



“El Cañón de los Perdidos está ubicado al sudoeste del distrito de Santiago, en el sector denominado Montegrande, provincia de Ica, departamento de Ica. Tiene una extensión de 5 Km y a 40 km de la localidad de Ocucaje. Fue descubierta el 10 de julio de 2011. El cañón es formada por la erosión del río Seco que desemboca en el río Ica. En medio del cañón se encuentra una laguna. El lugar es frecuentado por gallinazos.

El Cañón se forma casi al final del antiguo “río Seco” o “Riachuelo” (cauce originado en las quebradas del distrito de Santa Cruz, provincia de Palpa) en su desembocadura con el río Ica, hacia el Mar Peruano, en el pequeño sector “Chilcatay”. Este cañón, se sitúa al sudoeste del territorio del Distrito de Santiago, casi en el límite con el distrito de Changuillo (Nasca) provincia y región Ica, por el sector denominado “Las Pampas de Gamonal”, entre el sector de El Gramadal y Montegrande, por la ruta del casi desaparecido "Rio Seco" (Riachuelo), en el pequeño sector Chilcatay, donde desemboca con el río Ica, en su ruta hacia el océano Pacífico. 
Foto K. Barrio
Para llegar al lugar hay una distancia aproximada de 90 km desde la ciudad de Ica, para ello se toma la carretera Panamericana Sur, y a la altura del km 339, hay un desvío a la derecha (entrada a Callango) donde se sigue un camino o trocha carrozable en buen estado, que conduce a la "Boca del Río", por la margen izquierda del caserío de Callango hacia el sudoeste. El tiempo de viaje es un promedio de 2 h saliendo desde Ica, en movilidad de tracción simple, por lo que es fácil llegar a este nuevo atractivo turístico, que en corto ya es visitado por muchos turistas nacionales y extranjeros, especialmente aquellos que practican el turismo de aventura. A medida que se va llegando e ingresando al Cañón, es interesante el recibimiento que dan sus “anfitriones” y “celosos guardianes”: cuervos o gallinazos, apareciendo en el cielo brindando sus vuelos que se asemejan al de los cóndores (aunque se cree que también los hay) por ser aves propias de estos lugares.

El Cañón tiene una extensión aproximada de 2  Km y una profundidad entre 200 a 300 m y aún no se han hecho estudios especializados en el lugar, y de acuerdo al proyecto de desarrollo turístico proyectado por las autoridades de Santiago, un grupo de especialistas han visitado el lugar para determinar su estructura geológica, profundidad y extensión exactas, así como colocar señalizaciones en la ruta y determinar los lugares de acceso para bajar hasta el fondo del Cañón, y recorrer sus interiores hasta llegar a las pequeñas lagunas naturales, ubicadas en la parte más profunda de este maravilloso lugar.” (https://es.wikipedia.org/wiki/Cañón_de_los_Perdidos)

Al llegar fuimos muy cordialmente recibidos por el Alcalde de Santiago, quien conjuntamente con varios de sus colaboradores estaban supervisando y promoviendo las visitas turísticas al cañón y quien nos orientó para acceder a su interior con total seguridad. Para esto lo recorrimos inicialmente por su parte alta hasta ubicar el acceso por su margen izquierda, a poco más de un kilómetro y medio del mirador turístico,  para luego retornar al inicio pero por el fondo del cañón. El Cañón de los Perdidos tiene 4 niveles o caídas. Recorrer el Cañón, alrededores e interior tiene un tiempo aproximado entre 2 a 3 h, mínimo y máximo respectivamente. Este recorrido produce en los visitantes diversas emociones.
En el 2º nivel, se puede ver el “Ojo de Agua” y en la parte superior (caída) está la “Cara del Puma” en la parte superior derecha e izquierda hay dos lienzos con pequeñas figuras aún “la calavera”, “el feto”, “el ET” y otras aún por definir. Entre el 3er. hay una laguna, y el 4º nivel está el “Tobogán “del Cañón. “La Plaza Caracol” y “El Anfiteatro”. El Cañón tiene 3 bajadas para llegar a su interior, entre la 1ª, 2ª bajada está “El Mirador”, desde donde se puede ver la figura del “Ovni” y las “Lagunas del Cañón” (río Ica) de estas, la 3er. bajada es la más accesible para la familia.
Recorriendo el Cañón de sur (aguas abajo) a norte (aguas arriba) se ve el "Tobogán de piedra", “La Muralla del Cañón”, “El Desfiladero”, “Los Baluartes”, en cuyas paredes se observan miles de “esculturas y tallados naturales” que sorprenden a los visitantes.
En su desembocadura con el río Ica, se hallan “Las lagunas del Cañón”, con pequeños peces y en algunas temporadas, camarones de río, este lugar sirve de habitat a algunas aves y zorros.
Se ha determinado que el Cañón fue un fondo marino, cuya edad se estima entre 20 a 30 millones de años, según paleontólogos, quienes han descubierto y encontrado, restos marinos fosilizados, entre ellos, ballenas, tiburones, conchas marinas, pingüinos, aves, entre otros. Siendo el fósil más grande el de una ballena que mide alrededor de 30 m, la misma que aún no se puede dar a conocer, por temor a su depredación. Se ha comprobado que casi todo el desierto alrededor del Cañón es una zona rica en fósiles muy bien conservados, y únicos en el mundo”. (https://es.wikipedia.org/wiki/Cañón_de_los_Perdidos)
Terminado el recorrido, continuamos nuestro camino, nuevamente recorriendo el cañón por su interior de norte a sur, hasta llegar al punto en el que el rio seco  desemboca en el río Ica, el cual estaba algo cargado, viéndonos obligados a cruzar de su margen izquierda a su margen derecha para continuar la travesía con destino a una zona que en una expedición anterior le denominamos el Oasis, una zona de vegetación y pastizales a cuyo píe acampamos una vez que nos sorprendió la noche, luego de sumar ese día aproximadamente veinte kilómetros más a nuestra cuenta.

Foto K. Barrio.

Sábado, día tres, muy temprano, a poco más de veinticinco kilómetros de final de la travesía, para este tramo final procedimos a filtrar y purificar agua del río Ica  para complementar nuestra hidratación, luego abandonamos el Oasis hasta llegar a la pampa Mature, para darnos cuenta una pequeña cadena de cerros que delimita esta última zona con la pampa Coyungo era en la realidad mucho más grande de lo que se veía en el mapa y el google maps, lo cual nos obligó a trazar una ruta alterna por una zona llamada Laberinto y la pampa Mochicas, una ruta muy dura por la geografía del terreno, básicamente de subida, y con sol el contra que nos llevó desde 350 a casi 650 m.s.n.m. Como a las cuatro de la tarde desde lo alto de un cerro sin nombre tuvimos a vista la carretera que une Puerto Caballas con la carretera Panamericana Sur y en cuarenta y cinco minutos alcanzamos dicho punto, a diez kilómetros de Coyungo. Con casi sesenta kilómetros de caminata sobre nuestros hombros y con el atardecer pisándonos los talones, la aventura había llegado a su fin. Pocos minutos después pasó una camioneta de los años sesenta que nos sacó de la zona y nos condujo hasta Palpa, desde donde preparamos el regreso a Lima.



El Cañón de los Perdidos, por Kathiuska Barrio

Cerrando la temporada de verano, y por tercer año consecutivo para la temporada de semana santa nos preparamos para una nueva aventura en el desierto. La ruta Callango, Cañón de los Perdidos y Finalmente Coyungo. Fueron tres días de intensa caminata que sumaron un total de 60 km con el fuerte sol al que nos tiene acostumbrados esta zona y de vez en cuando rezagos de los vientos Paracas que refrescaban el arduo camino.

Lo más resaltante de esta experiencia fue volver por segunda vez al Cañón de los Perdidos, tener el gusto de ser recibidos por el alcalde de San Sebastian, zona a la que pertenece y sumado a esto poder adentrarnos al cañón y disfrutar de su imponencia desde sus entrañas. Continuando con el camino y no menos interesante fue el recorrer una buena parte de la ruta hacia donde pretendíamos pernoctar que es un gran oasis de frondosa vegetación en la oscuridad de la noche pero alumbrados con una luna que era un farol espectacular que nos guio hasta donde decidimos sería un lugar más seguro para pernoctar. Ya el último día de nuestro recorrido con mucho menos peso por el líquido y alimentos ya consumidos hasta entonces, pero con un gran cansancio encima, sin contar que a pesar de haber tomado las precauciones del caso, nuestros pies (al menos los míos) terminaron ampollados y nos tocaba subir hasta un desnivel de 600 metros para luego bajar hacia casi el nivel del mar y llegar finalmente hasta nuestro destino final Coyungo.

Este último tramo fue para mí el más intenso e interminable, pero que gratificante al llegar saber que una vez más lo logre, que a pesar de lo adverso que pueda ser el clima y la ruta en sí , aquella determinación no claudique y se consiga el objetivo. 
Hasta el próximo verano si así nos permite el destino.”

Ivan Canturin

Kathiuska Barrio
Jelly Ocaña
Foto K. Barrio.

Foto K. Barrio.