Por lo general no suelo incorporar en el blog las salidas de entrenamiento de un solo día, básicamente porque son crónicas muy cortas. Pero resulta que durante el primer trimestre de los año 2016 y 2017 efectuamos un total de seis rutas de entrenamiento en la Reserva Nacional de Paracas, cada una de aproximadamente treinta kilómetros y cada una con un particular encanto que vale la pena compartir. Las tres primera fueron previas a la expedición de 60 kilómetros de recorrido al “Cañon de los Perdidos” y las tres últimas fueron previas a la expedición 50 kilómetros de recorrido a la Reserva Naciona de San Fernando.

Según refiere Wikipedia, el clima en la Reserva Nacional de Paracas es propio de la formación del desierto subtropical, es decir que existe, aproximadamente, una diferencia de 6 a 8 °C en la temperatura media del mes más caluroso y el más frío. En febrero y agosto, respectivamente, ésta es de 22 °C y 15,5 °C, siendo el promedio anual 18,7 °C. La precipitación es muy pobre, siendo el promedio total anual de 1,83 mm, la humedad relativa es del orden del 82 %, con 83 % en invierno. Los vientos dominantes son sur y suroeste, alcanzando una velocidad media de 14,9 km/h; sin embargo pueden llegar hasta los 32 km/h, siendo los más fuertes del litoral, conocidos con el nombre de “Paracas”.

Para la tercera ruta nos desplazamos hasta el puerto de Punta Pejerrey, para en una ruta de 23 km recorrer el contorno norte de la Peninsula de Paracas, con vista al mar hacia el norte y con vista al Candelabro hacia el sur, para luego atravesar a lo largo la península hasta el siguiente punto: Punta Arquillo y de allí a Lagunillas.
La cuarta ruta de entrenamiento data del mes de enero del 2017 y significada nuestro reencuentro con el desierto luego de un año. Partimos del desvío o bifurcación de caminos ubicado a unos 500 metros del Museo de Sitio de Paracas para en un primer tramo de 13 Km atravesar la Peninsula de Paracas a lo ancho, con rumbo oeste, hasta llega a la playa Los Viejos, para luego emprender el regreso a Lagunillas en un tramo de 10 Km.
Foto K. Barrio. |
Para la quinta ruta, un mes despúes, partimos desde el Km 235 de la Carretera Panamericana Sur para atravesar el desierto con rumbo suroeste y con destino a las Salinas de Otuma, en en primer tramo de 17 km, para luego dirigirnos con rumbo norte a El Chaco a en un tramo final de 17 km.
Nuestra sexta y última ruta parte desde el Km 235 de la Carretera Panamericana Sur, con rumbo suroeste y con destino a la formación rocosa denominada La Catedral, para luego dirigirnos a la caleta de pescadores de Lagunillas, en un tramo total de 25 kilómetros
Según nos cuenta el Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado (SERNANP) en su página web: http://www.sernanp.gob.pe/de-paracas :”La Reserva Nacional de Paracas alberga una gran diversidad biológica, en especial en la parte marino-costera. Se estima que existen cerca de 216 especies de aves, 36 de mamíferos, 10 de reptiles, 168 de peces y un gran número de invertebrados que son parte inicial de la cadena trófica de este importante lugar. El principal banco de conchas de abanico (Argopecten purpuratus) del país se encuentra en la bahía de Independencia, donde también se halla una importante variedad de cangrejos, caracoles marinos, pulpos, erizos y otros moluscos.
Dentro de las aves que se pueden ver destacan el flamenco o parihuana (Phoenicopterus chilensis), el pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti), el potoyunco (Pelecanoides garnotii), el zarcillo (Larosterna inca) y eventualmente el cóndor andino (Vultur gryphus). También se pueden apreciar los lobos marinos finos (Arcthocephalus australis), los lobos marinos chuscos (Otarya bironia) y el gato marino o nutria (Lontra felina). Así también se pueden divisar en las aguas marinas a la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), el bufeo (Tursiops truncatus) y el delfín oscuro (Lagenorhynchus obscurus).
La vegetación es escasa en la RNP, sin embargo se pueden observar algunas porciones de lomas costeras en las partes más altas de los cerros formadas por efectos de la humedad y que sirven de hábitat a diversos reptiles, insectos, aves y a algunos mamíferos.”